sábado, 7 de mayo de 2011

ALCAZABA MEDIEVAL




La alcazaba medieval de Cádiz, luego denominada castillo de la Villa, de la pólvora o de guardias marinas, era una construcción militar que existió en la ciudad de Cádiz en el lugar más elevado de su primer núcleo de población, que se correspondía y coincide prácticamente con la superficie de su actual Barrio del Pópulo.

Tras las culturas fenicia y romana, que dejaron honda huella y amplia riqueza arqueológica en la ciudad por su posición privilegiada en el cruce de grandes rutas de comunicación y de comercio entre Europa y Africa y entre el Mediterraneo y el Atlántico, Cádiz pierde durante siglos protagonismo y aparece en la historia sólo de modo intermitente. Durante los siglos XII y XIII, bajo la dominación de los almorávides y los almohades fue escenario de hechos importantes, siendo casi destruida la población musulmana en 1235 por el caudillo Gonzalo, y al parecer reconstruida luego y defendida por el señor de Ceuta Abu-Abdallah al-Randayi en 1250. Sufrió las razias del rey fernando III el Santo, y acabó incorporada a la corona de Castilla en 1260 bajo el reinado de su hijo Alfonso X el Sabio


Éste reedificó la entonces villa musulmana dentro de una cerca de forma aproximada a un cuadrilátero, con murallas que delimitaban los linderos del actual Barrio del Pópulo. En su interior mandó construir una catedral, y en la zona más alta denominada el Monturrio, situado en la zona sureste y en parte ocupada por la antigua alcazaba, mandó construir un castillo.


Realmente de la alcazaba medieval islámica no quedan vestigios apenas, ya que lo poco que hoy queda son más bien restos del posterior Castillo de la Villa, una importante obra cristiana construida en parte sobre aquella, y que fue casa fuerte del gran Rodrigo Ponce de León 1443-1492), marqués-duque de Cádiz, señor de esta ciudad, de su castillo y de sus almadrabas, y que según algunos autores y documentos, pudo ser el que le diera forma definitiva, incluso tomando para ello piedras del cercano teatro romano de la Huerta del Hoyo.

Del Castillo de la Villa apenas quedan restos visibles, pero la abundante documentación gráfica existente permite "reconstruirlo" casi al detalle. En la actualidad los restos más evidentes son los de la Torre de Armas, lo único existente tras la demolición de la fortaleza, por ser común a ella y a la Puerta de los Blancos, antigua Puerta de Tierra, y una de las tres puertas de acceso a la ciudad murada -las tres se conservan- junto con el Arco de la Rosa y el Arco del Pópulo

Uno de los documentos más antiguos y valiosos para conocer cómo era el Castillo de la Villa de Cádiz es el grabado con vista panorámica de aquella ciudad medieval, de autor desconocido, dibujado con tinta sepia sobre papel de dimensiones aproximadas 58 x 41 cm, fechado en 1513 y cuyo original se encuentra en el Archivo General de Simancas. Otro documento de extraordinario valor es su representación en tres dimensiones de la maqueta de Cádiz, de 1777, que se conserva en el Museo Histórico Municipal realizada con ordenanzas de Sabatini por el ingeniero militar Alfonso Jiménez.

El castillo se levantaba sobre un alto acantilado al pie del mar, hoy desaparecido tras el rebaje de la zona, las obras de nivelación iniciadas enen la calle San Juan de Dios el siglo XVIII, y las obras de urbanización que dieron lugar al paseo del Campo del Sur con terrenos ganados al mar. Fundado "en peña viva", el castillo era de forma aproximadamente rectangular alargado en el sentido longitudinal de la muralla, y tenía la particularidad de su frente interior arqueado, sin duda por las condiciones topográficas del terreno, muy próximo al solar excavado anteriormente para el teatro romano, cuya planta semicircular condiciona también al resto de las manzanas próximas a él.

Originariamente con seis torreones, y así aparece en el documento de 1513, a partir de la última década del Siglo XVI se le construyó una más, como ya aparece en el plano de1599 y siguientes. De ellas, tres eran de sección cuadrada -entre ellas la gran torre del omenage, la más próxima al mar, y cuatro de sección circular. Con una sola puerta de entrada, en el lado menor enfrentado al mar y entre dos torre muy próximas, contaba el castillo con un patio de armas interior algibe, y una salida a un espacio exterior cercado por un antemuro que corría paralelo a la actual calle de San Juan de Dios.


En el extemo más bajo este antemuro de trazado rectilíneo en forma de C, acometía contra la Torre de Armas, donde apoyaba la primitiva Puerta de Tierra, de acceso al interior de la ciudad. Sus restos constituyen hoy los vestigios más importantes de aquel castillo. Al arco de la Puerta de Tierra luego se le adosaron por el otro lado los conocidos como Arcos de los Blancos, muy, apuntados y sobre todo el conjunto la familia de los Blancos construyó una capilla a la Virgen de los Remedios, ya desaparecida.


La fortaleza debió sufrir el brutal saqueo e incendio a que fue sometida la ciudad en 1596por las tropas angloholandesas al mando del conde de Essex, y a partir de entonces ya no tuvo función defensiva alguna, sirviendo sólo como depósito de material de guerra, en especial de pólvora, de donde le vino el sobrenombre de Castillo de la pólvora. Luego pasó a llamarse Almacén de Presidio, y finalmente Castillo de Guardias Marinas, cuando Jorge Juan instaló el observatorio en sus altas torres (y que más adelante pasaría a Torre Alta, en la vecina Isla de León

Se sabe que la Marina vendió el castillo a Manuel González quien lo compró para su derribo y aprovechamiento de materiales, aunque el ayuntamiento quería conservarlo por ser elemento destacado de la ciudad. De momento se salvó, pero en1842estaba en franca ruina, y cinco años después fue demolido. En 1864 se recortó su perímetro por el nuevo viario de la calle San Juan de Dios, y más tarde se construyó la Casa de Maternidad.


Bien de Interés Cultural, los restos de este castillo están catalogados como monumento, y así consta en publicación oficial del BOE del año 1985.

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