jueves, 18 de junio de 2009

LA GUERRA DE INDEPENDENCIA Y LAS CORTES DE CÁDIZ



Con la excusa de atacar a los ingleses, España estaba prácticamente entera ocupada por los franceses. Carlos IV abdica en Bayona y cede el trono al José I Bonaparte. Tanto Carlos IV como su hijo Fernando, estaban retenidos en Francia contra su voluntad. Inmediatamente después de la coronación de José I Bonaparte surge una oposición, una oposición que no era tanto a la ocupación francesa como a las ideas revolucionarias que estos traían y querían implantar en nuestro país.


Esto es a lo que se llama Guerra de la Independencia y Cádiz será de nuevo protagonista, ya que de 1810 a 1812 será, junto con San Fernando, el único reducto que no estará ocupado por los franceses.


La Constitución se publicó el 19 de marzo de 1812. Según Tomás Villarroya, posee tres características y se atiene a tres principios: es de origen popular, pues se hace por su iniciativa; es la más extensa del constitucionalismo español, con 384 artículos; y es muy rígida, pues solo se permitía su modificación tras ocho años y con procedimientos muy rigurosos. Los principios básicos son: soberanía nacional, división de poderes y nuevo sistema de representación, ya que los diputados no representaban a su estamento ni se limitaban a ser sus portavoces, sino que representaban a la nación; limitación del poder de la monarquía ; monarquía constitucional ; y derechos de los ciudadanos.



La labor legislativa de las Cortes de Cádiz fue trascendental para desmantelar el entramado social y económico del Antiguo Régimen: se abolieron los señoríos jurisdiccionales, la Inquisición y la tortura, se eliminaron las pruebas de limpieza de sangre, se suprimieron ciertos mayorazgos, y se abogó por la libertad de comercio e industria y por la libertad de contratación de los trabajadores, lo que supuso la supresión de los gremios. También se establecieron algunas libertades fundamentales, entre las que destaca la libertad de prensa.


Las Cortes de Cádiz diseñaron un nuevo tipo de Estado y establecieron sus principios programáticos, al tiempo que la Constitución se convertía en el símbolo del liberalismo español. Pero la minoría que impulsó estas reformas no contó con tiempo ni fuerza suficientes para realizar lo legislado. La implantación real de muchos de esos cambios solo llegó con el triunfo de la revolución liberal.


Pero en 1814, llegan los absolutistas a las Cortes de Cádiz (anteriormente estaba formada en su mayoría por liberales) y apoyan a Fernando VII para que regrese a España y al trono. Él, con el apoyo de los absolutistas, vuelve a implantar la monarquía absoluta, disuelve las Cortes de Cádiz y elimina la validez legal de la Constitución.


Tras estos acontecimientos, Cádiz empezará a decaer, no tiene infraestructura para dar el trabajo necesario para mantener a la ciudad y no tiene los medios para poder modernizarse como los están haciendo otras ciudades de España.


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