El palacio de la actual Diputación Provincial es nuestra primera parada en este paseo por 1812, ya que fue el punto de partida del recorrido de la proclamación de La Pepa. Ante él se realizo la primera lectura pública del texto constitucional.
Es una construcción del siglo XVIII estructuradas en torno a dos patios cuadrangulares, y grandes ventanales. La piedra ostionera, material típicamente gaditano, embellece la parte inferior de la fachada y el color rosáceo, recientemente recuperado, recuerda su primer aspecto.
El ingeniero militar Juan Caballero fue el arquitecto responsable de la construcción del palacio, a cuyas ordenes trabajaron durante años 350 operarios. Se invirtieron un total de 7.717.200 reales, una obra grandiosa que se desaroyo entre los años 1770 y 1784 para que fuera sede de la Aduana, uno de los edificios civiles mas importantes de la ciudad en esta época de esplendor.
Es un severo y armonioso edificio de estilo neoclásico, de amplias proporciones.Consta de varios salones entre ellos el Salón del Claustro, de Regio, de Carlos V, Presidencial, Despachos etc.
Pero hay que fijarse en el techo ¿te imaginas a Fernando VII volando cometas en su azotea? Puede parecer una broma pero es más que cierto. Fue la estrategia que utilizo el rey para comunicarse con su ejercito al otro lado de la bahía mientras estuvo preso durante el último periodo del Trineo Liberal, en 1823.
En el interior nos imaginamos a la reina Isabel II en su salón decorado al estilo francés. La actual Diputación fue Palacio de la Regencia durante el asedio de las tropas napoleónicas y, debido a la estancia de la reina sufrió numerosas reformas, como la ornamentación del Salón Regio.
A partir de 1948 se iniciaron unas series de modificaciones que han permitido que el Palacio recupere su amplitud y luminosidad. Se han acondicionado distintas salas de la primera planta en estilo armónico y ricos en muebles y elementos decorativos.